sábado, 22 de octubre de 2016

El Yasí-Yateré

La selva está silenciosa, soportando la pesadez del calor. Se oyen solamente los silbidos de algún pájaro o el canto de la chicharra, que es incansable, cuando inicia su concierto.
De pronto crujen las hojas secas. Corren, alarmadas las lagartijas, a buscar mejor resguardo. Los pasos se acercan. Y una figura humana se dibuja perfectamente. Su ancho sombrero de paja dificulta ver su cara. Pero en los claros donde se filtra el sol, brilla su bastón de oro. Es de poca talla. Se diría que es un enano. Se esconde detrás de los árboles. No desea que lo vean.
¿Por qué su cautela?
Porque quiere llegar de sorpresa. Busca niños, de entre esos que no duermen la siesta. Si alguno ha penetrado en espesura en un descuido de sus mayores, lo toma desprevenido, lo sujeta con sus brazos y lo lleva hasta la parte más sombría, donde las lianas y tacuarembós forman tupida techumbre.
Los más prudentes, los que están en sus casas, oyen el silbido, que parte desde la selva, desde lejos, y saben que está festejando su buena suerte.
Otros dicen que el silbido proviene de un pajarillo, que nadie ha descubierto, pues anida en lo más espeso del intrincado monte.
Pero todos, al oírlo, se recatan.


(De Clelia Gómez Reynoso - “Leyendas para niños”)


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jueves, 13 de octubre de 2016

EDIPO REY

En las afueras de Tebas, Edipo se encontró con la Esfinge, un monstruo mitad león, mitad mujer, que devoraba a quien no sabía responder  a su enigma: “¿Qué animal va a cuatro patas por la mañana, dos al mediodía y tres por la noche?” Edipo fue el primero en contestar correctamente: “El ser humano, que de pequeño gatea, de adulto camina con dos piernas y de anciano se ayuda con un bastón. Cuando la Esfinge vio que Edipo lo acertó, enfurecida se precipitó al abismo desde la alta roca en la que estaba subida y se mató.
Tanto creció su fama que el pueblo de Tebas lo designó rey y se casó con Yacosta sin saber que era su madre.

Cuando Yacosta se enteró se ahorcó; y Edipo, al saber toda la verdad, se perforó los ojos con un prendedor de Yacosta.

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martes, 4 de octubre de 2016

CACO (En la mitología griega)

Según la mitología griega era un gigantón, hombre y sátiro mitad por mitad que devoraba a los hombres y colgaba sus Cabezas, en la puerta de la cueva donde vía en la montaña.

Cuenta la leyenda que en una ocasión le robó al mismísimo Hércules unos bueyes, que condujo de espaldas, tirándoles del rabo, para despistar con las huellas. Tuvo la mala suerte de que una vaca respondió con su mugido al mugido del ganado de Hércules y éste se encaminó hasta la cueva de Caco. El gigantón había tapado la boca de la cueva con una roca enorme y Hércules tuvo que arrancar la cima de la montaña, para llegar a su interior. Una vez allí, se apoderó de Caco y lo estranguló.

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